lo fuera, naceríamos con aletas, ¿es que no?... Aunque -añade pensativo-- yo viví unos días junto al mar, el de Rímini, tan azul al mediodía, tan violeta por la tarde... La muchacha se levanta para alcanzar el vino ysedetienealrodearlasilladelviejo.Desdeatrás le acaricia la cabeza cortandole la nostalgia, y declara con desarmante naturalidad: -Me gusta su pelo, zío. Un gris tan igual, tan