y violeta, no cambian nunca. ¡ Qué seguridad! Como la que a ti te dan mis brazos. ¡ Qué amparo! Ojos que al principio no te impresionan, pero siguen mirando y te van calando, calando; te lo sacan todo. Hablas, confiesas, te rindes.¿Yaquiénmejor?Esadelasmujeresesotra guerra, niño mío, pero una guerra al revés: da gusto ser prisionero... Tú eres aún pequeñito, pero ya sabrás de unos ojos así: una puñalada clavandose despacito,
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RENDIRI - Dejar de oponer resistencia en una lucha o competición