. Bueno, apenas merecía llamarse perro; era uno de esos animalejos con mantita y cascabel llevados por una vieja. Pero ladraba atrozmente mirando al niño, ¡vaya si ladraba! Brunettino, en vez de asustarse, pegó una patadita en tierra con toda su energía ylanzótalchillidoqueelbichoretrocedióarefugiarse bajo su ama. En cambio ahora, al abrirles Hortensia, el niño pierde su audacia y adosa su espalda contra las piernas del
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LANZARII.2 - Emitir [algún tipo de sonido o mensaje]