acerca de la clave del comportamiento. Pero no pasa nada. Claro: en Milán son como niños, incapaces de pegarse como los hombres. El viejo lo lamenta por el profesor Buoncontoni, que le había caído simpático. Además, seguro que tiene razón. El otroindiscutiblementemiente,puestoqueesalemán y, además, la negación del alma le convence al viejo porque así no tienen nada que hacer los curas... Pero una cosa es tener razón y otra muy distinta tragarse el