hombre -interviene Zambrini-. Tu boda es tu boda... Eso sí, preparate a la cencerrada... El viejo sonríe como si le ofrecieran un buen regalo. --Ya cargaré con postas la lupara, ya. Hasta consal,porsialgunodemalalechesepropasa.La cencerrada la admito: es lo suyo cuando se casa un viudo y, encima, fuera del pueblo. Pero cencerrada como es debido. Bromas pesadas con mi mujer, ¡ ni