había creído oír, de hecho se había oído con claridad, una risita, un contenido murmullo, un siseo, el aviso de una presencia cercana, y entonces ella lo había apartado con un leve empujón y él se había retirado temiendo una bofetada, así es como ellassolíanreaccionarcuandoalgonolesgustaba,y bofetada no, pero Raquel se había marchado caminando despacio, adornada de cierta dignidad. Una dignidad traicionada por él, que se había comprometido con los