"¡sarasa, más que sarasa!", "¡baja a la platea si eres hombre!" y otras provocaciones similares, y no volviera a salir más, con serio menoscabo del hilo argumental, pues era el protagonista.Yo,absortoenmisquehaceres,noreparé en el incidente ni tampoco en que mi esposa, pretextando una necesidad inaplazable, abandonaba su asiento y no regresaba. Cuando el telón hubo caído, la sala se hubo vaciado y despuntaba