puerta se abrió en el primer piso y el temblor de una vela encendida le recibió. --Sube, sube --dijo la chica que sostenía la vela--. Qué horas, David, con esta noche... David alcanzó jadeante el umbral de la puerta, y al entrarsequitóelimpermeablemojadoylasbotashúmedas y los dejó tirados en el vestíbulo. Al final del pasillo, en la sala, atisbó una llama vacilante. --Tengo otra vela allí, junto al teléfono. Por si llaman...
JOV:049.24
QUITARI.1a - Dejar de vestir [lo que se lleva puesto]