una bofetada, así es como ellas solían reaccionar cuando algo no les gustaba, y bofetada no, pero Raquel se había marchado caminando despacio, adornada de cierta dignidad. Una dignidad traicionada por él, que se había comprometido con los otrosarepresentarunaescenaparaqueelloslacontemplaran escondidos y en silencio. Ahora el juego había terminado y los amigos estarían satisfechos, pero ella había huido, sospechando, entendiendo o quizá sólo temiendo su presencia. David sintió la angustia