Poli se le quedó mirando con extrañeza. --No te entiendo, David. No sé qué quieres decir. Nadie tiene la culpa de la enfermedad de Javier. Poli quería ignorar la verdad; Poli se escurría eludiendo el núcleo de una situación que estaba clara. Los doshabíancontempladoaquellavivienda,aquelcamastro, aquel barrio perdido en que vivía Javier. Pero Poli no quería profundizar en el molesto asunto. Andaba de prisa, y cuando entraban por las calles asfaltadas