los brazos -alegrando así al viejo al mostrarle la góndola de plata prendida en ese pecho- el chiquillo mira atrás, hacia el oscuro descansillo, compara con la claridad en el ángulo del pasillo interior y extiende un imperativo índice hacia la luz. LosmayoresríenyHortensiaelevaaBrunettinoen sus brazos precediendo al viejo hacia la salita. Es allí donde se sorprende por el estirón del niño y donde añade a su exclamación primera: -¿ Recuerdas, Bruno