¡Preciosísima carga!... La nieve les envuelve desde fuera con su vigorosa blancura como para protegerles: no se aventuran los lobos sobre nevada reciente, donde dejarían huellas delatoras. Para gozar del privilegio de esa carga, para respirar tandecercaeseolorcorderil,elviejoduerme cada noche en alerta. Aun a través de la cerrada puerta le despiertan los primeros crujidos de la cuna al rebullir el niño... ¡Rápido!, si se retrasa un instante Brunettino
SON:217.18
DORMIR.1 - (Hacer) Entrar en un estado de reposo y suspensión de la conciencia