acordaba, pero no te respondí. Sentí de pronto una congoja insoportable. Y entonces por primera vez me atreví a preguntarte; "¿Qué te pasa? ¿Por qué estás siempre tan mal?" Tú me miraste sorprendido, como si te extrañara que yo hubiera advertidotudolor.Parecíascontrariadoydesvalido.Yo insistí: "Cuando volviste de Sevilla aquella vez, todo cambió en tu vida. ¿Qué pasó allí?" "Pues que murió mi madre, ya lo sabes." Te respondí que no me refería a eso,