en Montparnasse llamaba la atención por su forma desinhibida de llegar hasta nosotros. Por lo pronto yo no tenía tiempo para Marievna, lo único que me interesaba era ver tu evolución entre mis amigos, cómo te concretaste primero a escuchar, despuésalcalordeladiscusión,agritarlestus ideas en un español salpicado de palabras francesas, de palabras rusas; inventabas el idioma, lo torcías a tu antojo y rompías la barrera; tus ideas iban más allá de las limitaciones