ven puros cristales rotos... Por la ventana entran unas estrellas que se equivocaron de puerta... Me gusta que todo se divida en dos; que haya dos de cada uno, abuelita, que nada sea único e irremplazable. La detentadora de los inventarios era la tía Veronique. Losrevisabaconsulápizenlamano,corrigiendolasfaltas de ortografía, poniendo crucecitas, tachando y añadiendo, reconstruyendo en la memoria viejos muebles inexistentes. "¿Te acuerdas de aquel biombo de dieciocho