entre el ardor de los rieles que le relampaguean en los ojos, acerándoselos, rebanándolos; pisa el balasto para que no se le enchapopoten los zapatos y al hacerlo recuerda con qué gusto barría la tierra la Teresa, yesoquelohacíaconunaescobatronada;intentaretener la imagen, que barra frente a él, pero el calor parece fundirlo todo; ménsulas de señales, rieles, durmientes, muelles, remaches, en una gelatina gris y espesa, el acero