se alargaba sobre la solapa de su traje. La cobija había resbalado de sus piernas despatarradas. El maitre, sin cubrirlo siquiera, hizo girar la silla. por primera vez dijo al aire: "Todas las noches ve esta misma película y todas las noches elseñorseretiraaestahora".Oíelabrirycerrar de los batientes del palco; parecían bostezos. Entonces me llevé las manos a los oídos para no escuchar el sonido atroz de las ruedas de la silla sobre el mármol de la veranda