había nadie al acecho. Pegadito a los muros llegué a una avenida que amenizaba el constante paso de camiones y en la que encontré una cabina telefónica. Llamé a la policía y le dije que acudiera sin pérdida de tiempo a casa del actor,cuyadirecciónyseñaspersonalesleproporcioné. Cuando me dijeron que me identificara respondí que no tenía la menor intención de hacerlo y que llamaba desde una cabina, pero que eso no restaba ni veracidad a mis palabras ni