tu lazo con Francia y nuestro hijo al morir, conmigo. Lo presentí, Diego y lo acepté. Creí firmemente que te alcanzaría después, que estos diez años de vida en común no habían sido en vano, después detodofuituesposayestoyseguradequemeamaste. No tengo más que ver el retrato que me hiciste para sentir tu ternura; la veo en la inclinación de mi cabeza, en la suavidad de las cejas arqueadas, en la frente amplia