Serían las seis, las siete de la mañana? Con ademán friolento, Mónica cruzó aún más la bata sobre su pecho. Al llegar al último peldaño, Hilaria detuvo a la joven, tomandola del brazo. --Niña,anocheseenfermólamustiadeRosaysealivió. --Por fin, ¿se enfermó o se alivió? --Se alivió de su niño, la muy mustia. --¿De qué? --De su criatura. Mónica despertó