poco a poco, suavizándo, tallandole, metiendole la mano en los menores intersticios hasta sacarle su aceitito, sus juguitos blandos. Entonces la Teresa se abría, las gruesas piernas bien separadas, olvidada de todo, y ondulaba bajosuabrazo,susgrandespechoserectosapuntando hacia él, su sexo encarrujado, líquido, fruta de mar, desecho entre sus manos, batido en espuma, a punto de venirse. A él le gustaba esperar hasta el último momento
DIE:080.06
APUNTARI - Estar dirigido o señalar hacia un lugar determinado