Texto contextualizado: |
espectadores, únicos testigos del privilegio, empezó el bisbiseo del proyector cinematográfico. Vi la señal, un ojo amarillo y redondo como el de un loro atento en la oscuridad. Comenzó la película; escuché en lo negro el pespuntear del aparato; la invisible máquina de coser que iba agujereando una tela inexistente. Los titulares de la película y luego Gina Lollobrigida, campesina joven, robusta al estilo de Pane, amore e gelosia. Todo era banal e inútil hasta que noté |
DIE:156.12 |