la química de la pintura. Para la encáustica, fundí mi propia cera, con un soplete, para después ponerle esencia de espliego y pigmentos y de vez en cuando los universitarios se asomaban y me preguntaban: "¿Cómo vaelcolor?"Alahoradecomer,meenojabasialguien me dirigía la palabra, distrayendome de mis pensamientos, fijos en la próxima línea que habría de trazar y que deseaba yo continua y pura y exacta. Entonces estaba poseída