, a Dieguito frente al mar. Imaginé días felices y buenos, tan buenos como los Zeting y su casa en medio de los grandes pinos que purifican el aire como me lo ha contado María, casa en que no habría privaciones ni racionamiento, en que nuestrohijoempezaríaacaminarfortalecidoporlosbaños de sol, el yodo del agua de mar. Dos semanas más tarde cuando María Zeting me entregó a Dieguito, vi en sus ojos un relámpago de temor, todavía le cubrió la carita
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CAMINAR.1 - Moverse de un sitio a otro dando pasos.