tallaban esmerilándo, arista contra arista; sólo un joyero hubiera tolerado estos fulgores entrecruzados e inclementes y desapacibles. Busqué los ventanales y a través de ellos no pude ver más que la noche. Tuve que volver a los espejos. Siempre hay unespejoenelfondodelpasillodondecaminanloshombres. Las guirnaldas de estuco y las molduras seguían acompañandonos. Pasamos frente a los enormes Caravaggios, los Und der Kuyter, los Fragonnard, los Nattier y por fin llegamos
DIE:154.06
CAMINAR.1 - Moverse de un sitio a otro dando pasos.