contigo? Estaba sola y lo que me ocurrió me concernía sólo a mí. Te pedí que no volvieras nunca más por esta ciudad. Claro que nunca pensé que fueras tan obediente. Y ahora me dices que aún no me has olvidado. ¡Qué insensatez! Meniegoaadmitirqueestosañoshayansido fruto de un simple equívoco. Mira, prefiero que no me escribas más y, sobre todo, no vuelvas por aquí. Adiós. Gloria." Las otras dos cartas eran muy breves: "Tampoco yo