dejó de darse cuenta de su propia importancia. Hilaria le había avisado sólo a ella y no a la señora grande. Apenas ahora estaba sucediendo algo emocionante, algo como se lee en las novelas, las de Carolyn Keene, losthrillersparajovencitas,queenlanochedevoraba.A lo mejor no tendría que ir a la escuela. Regresó al cuarto de servicio. --Rosa. Olía mal. "Es el olor del pueblo", la cama desnuda