patio general; que se iban a unir todos para sacar al desgraciado, que por algo había un sindicato, que... y Teresa con sus ojos fijos de vaca buena, respondía con voz tranquila: --Pues a ver. Nuncaunjuicio,nuncaunapalabrademás.Desplazaba lentamente su gran pasividad de la cocina a la recámara, a la azotehuela, y parecía abarcarlo todo. Nada le hacía mella, nada alteraba su humor parejo, y, sin embargo,