, son of a bitch y las repiten una y otra vez, yo también podría decirlas obedeciendo a mi mitad gringa pero me conformo con sonreír. En cierto modo, este lenguaje escatológico de colegiales en medio del pantano, me levanta el ánimo. Los gringos hanvenidoadesacralizarlaguerra.¡Cuántofríoenlas piernas, cómo cala esta cochina agua de río!, por eso los norteamericanos resultan saludables con su lenguaje grosero, salpicado de mentadas de madre, exento de filosofías