que tropezar. Guíate por mi voz. Seguí estas instrucciones y acabé chocando con un cuerpo menudo y enclenque que se vino al suelo. A tientas encontré un montón de áspero sayal, tiré de él y logré poner en pie al monje que sin querer había derribado. --Perdone,padre--dije--.¿Sehahechodaño? --No, no, estoy acostumbrado a caerme. Como siempre estoy a oscuras... Lo importante es que no se haya roto el telescopio.