Fray José María, 1472-1541 , y esta piadosa leyenda: que usted lo pase bien. A los pies del esqueleto aún se podían distinguir retales putrefactos de lo que en el siglo debió de ser su vestidura talar. Casi se me cae la vela al suelo cuando sentí una manoposarseenmiantebrazo.Era,sinembargo, la Emilia, que se había reunido conmigo. --Vuelve a la celda --le dije-- y espera a que lleguen los monjes.