que pudiera sin levantar la liebre, en parte porque siempre he tenido esta secreta fantasía y en parte también porque he oído muchas historias de productores y estarlets y no está ya uno para dejar escapar las ocasiones así como así. Cuál no sería mi deleitey,¿porquénegarlo?mifrustración,alverque ella espontáneamente confesaba su delito y me entregaba la prueba palpable, con perdón, e incriminadora. Salí precipitadamente, como recordarán ustedes, a dar