entramos sin llamar. Al ver a la Emilia, el monje se deshizo en protestas, pero acabó por aceptar de buen grado la intrusión de la chica e incluso se atrevió a pedirle, no sin cierta timidez, que tuviera la amabilidaddeflagelarle,aloquesenegóellaenredondo, diciendo que por quién la había tomado. En este punto intervine yo rogando al monje que se dejara de niñerías y que, si quería sernos de alguna utilidad
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NEGARII - Rechazar o no querer realizar una acción