dijo. --No, no, de ningún modo. El aceptó un trabajo arriesgado al suplantar a todo un señor Ministro y, no contento con eso, fraguó un plan temerario movido por la codicia. No digo, que no soy quién para emitirfallosmorales,quesemerecieraelfinque tuvo, pero sí digo que a sabiendas se lo buscó. Sea como fuere, la cosa ya no tiene remedio. Sí que la tiene, o así lo espero, nuestra resbaladiza situación.