comprobé que alguien lo había cercenado limpiamente. Sin decir nada volví junto a la Emilia, que levantó la cabeza cuando mis esquemáticas pantorrillas entraron en su campo visual. --¿Van a venir? --preguntó con ansiedad. --No.Mehandichoqueestánenhuelga--mentí para no aumentar su desazón--. Sigue con lo que estabas haciendo. Fui hasta la ventana para ver si la policía o algún cuerpo especializado estaba poniendo cerco a la manzana, pero