la planta tres del parking donde lo dejaba a pupilaje, a lo que agregó de un tirón, viendo que el recuento de su agravio no despertaba nuestro interés, que dónde estaba el paciente. Aclarada la cuestión, pidió que lo dejáramos solo y seencerróeneldormitoriodondeyacíaMaríaPandora. Del que emergió a poco diciendo: --Todo en orden. --¿Vivirá, doctor? --preguntó don Plutarquete. --Por supuesto, por supuesto, siempre que