y la locomotora se abre paso entre muros de árboles, paredes tupidas de una vegetación inextricable: "Soy yo el que avanzo o son los árboles los que caminan hacia mí", se pregunta el maquinista rodeado de la densidad nocturna y del olor azucarado deltrópico.Lospájarosvuelandentrodelaluz,se dirigen al fanal y se estrellan. Un minuto antes de morir tienen los ojos rojos. Toda la noche, el maquinista ve morir los pájaros. El fanal también enceguece las plantas, las