Rosa gruñó como si estuviera mascando las palabras, pero en su voz había algo de sollozo. --Se me cayó de cabeza. --Pero ¿cómo lo tuvo? --Me acuclillé aquí a un ladito. Hilaria preguntó, como profesionalmente: --¿Nolovaustedacurardesuombliguito? El doctor no se dignó contestar y sólo procedió con manos rapidas. Luego, haciendo caso omiso de los presentes, inquirió por la señora de la casa. --