noviembre de 1921 Hoy como nunca te extraño y te deseo Diego, tu gran corpachón llenaba todo el estudio. No quise descolgar tu blusón del clavo en la entrada: conserva aún la forma de tus brazos, la de uno de tus costados. No he podido doblarlo niquitarleelpolvopormiedoaquenorecupere su forma inicial y me quede yo con un hilacho entre las manos. Entonces sí, me sentaría a llorar. La tela rugosa me acompaña, le hablo. Cuántas mañanas he regresado
DIE:017.06
QUITARI.1 - Hacer que [algo] deje de estar donde estaba