que alguien acudiese a la llamada y cuando ya creíamos que tal cosa no iba a suceder, se abrió un ventanuco en el portalón y asomó por él una cara apergaminada iluminada por la vacilante luz de una vela. --AveMaríapurísima--dijolacara--.¿Quédesean? --Sin pecado concebida --respondió don Plutarquete--. Queremos entrar. --Somos del Centro Excursionista de Catalunya --añadí yo para dar verosimilitud a nuestra insólita presencia-- y nos hemos