emprendió lentamente el descenso por la ladera sin salir de su asombro. Una vez más había sido víctima de una de aquellas repentinas reacciones en las que Betina era maestra. 6 Decidieron --como había sugerido Peter-- invitar a Betina a la excursión al monasterio de Nauzí. Janoquisoutilizarestacircunstanciaparapreguntarle a sus padres por la muchacha. Pero no fue necesario hacerlo porque, durante la comida, fueron los mismos padres los que le dijeron que Betina pasaría