torácica se expandió a tal grado que los pechos se me hincharon, los cachetes, la papada; era yo una sola llanta, busqué un espejo y en efecto, allí estaba mi cara abotagada y ancha, palpitante como si la soplaran con un fuelle desde adentro ¡cómo melatíanlassienes!¡Ylosojos!¡quéenrojecidos!Sólo entonces me toqué la frente y me di cuenta de que tenía fiebre ¡bendita fiebre! había que aprovecharla, vivir esta ahora hasta el fondo, te sentí sobre de mí, Diego, eran
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LATIR.1 - Realizar el corazón o las arterias sus movimientos característicos de contracción y dilatación