toda Calabria... ¡Y de toda Italia! ¡No le fallaba uno, la Madonna la tenga en su santa gloria! Por fin lo consiguió: su bacín. El orinal, como dicen estos exquisitos de Milán. Andrea se resistía, claro: -Esoyanoseusa,papá. -¿Es que aquí la gente no mea de noche? -Sí, pero en el cuarto de baño. No es como en los pueblos; no es preciso bajar al corral.