Texto contextualizado: |
necesita protección, atrae de modo inevitable al rito -cuya función es protección del límite-, y aquí ese rito no es otro que el de la despedida. La despedida pone un marco -umbral, jambas, dintel-, no por imaginario menos efectivo, al límite que traspasa la partida. Es justamente ese marco imaginario el que se hace sensible y material cuando el buen arquitecto, el que sabe sentir de verdad lo que es la casa, acierta a dar al portal ese ademán materno y protector, esa cálida unción de espacio consagrado, |
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