Por supuesto! ¡Aleluya! La muerte sólo es la antesala de la vida. EMILIA.- En estos momentos a papá no es difícil convencerle de lo que sea. Ya no es un hombre que razone: sólo tiene grandes obsesiones y pequeñas manías. Quiero que le tranquilicéisconrelaciónaAdiyaloquesucedióaquel verano. Entre los cuatro hallaréis el modo de hacerlo. ADELA.- Mamá... EMILIA.- (Tajante.) Lo exijo. Y no me importa cómo. Ni