a formarse por falta de espíritu, parandose en caótica confusión. A la falta de espíritu remitía, en última instancia, toda condena. Ya había pasado la hora de las alternativas y de las disidencias, de no conformarse cada cual sin rechistar con lo que le toque,conloquelemandeDios.Lavidafácilhabíaresultadoser una indecencia. Y ante la sospecha de que volviera a retoñar, al Gobierno se le hacían los dedos huéspedes. Una de las cosas que fundamentalmente nos deben preocupar
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TOCARII.2 - Sobrevenir [a una persona] [cierta molestia o desgracia]