cuando elegían a sus protagonistas entre chicas de clase social inferior, dependientas, costureras o secretarias, ansiosas de vivir el mito de la Cenicienta. A veces no eran siquiera novelas, sino comics. En un cinegrama en setenta y dos cuadros aparecido en la revistaChicasyquesetitula«Daisylatímida»,senospresenta a ésta como a una muchacha venida a menos y que vive en los suburbios. Naturalmente son unos suburbios abstractos a los que se alude de pasada y situados en un país ilocalizable, porque