! ¡Drogadictos, a la comisaría los dos, y a la cárcel! ¿Es que no oís? Cuento tres y disparo: ¡Una, dos y tres! (De pronto se le escapa un tiro, que hace que todos reaccionen: Albertoylasdosmujerestirandosealsuelo,y Abel y Nancho abriendo la puerta y desapareciendo escaleras abajo a toda velocidad. Alberto se levanta, va hacia Jaimito, que se ha quedado paralizado mirando la pistola