, por eso no duran, por eso su valor como arquitecto es discutible." En el quiosco de amor se emplearon materiales deleznables y la lluvia los había descarapelado. La nariz y el sexo de los cupidos estaban pudriendose (bajo la lama y los hongosverdosos).Notéqueelaireteníaunolorsubterráneo, un olor de cosa preñada. Ajado por el viento, envilecido, el quiosco de amor había regresado a su estado fetal: era un molusco, una pasa, un poco de basca, un gargajo.