Texto contextualizado: |
exhibir esa altivez, y en cuanto se les acercaba un hombre arrugaban la nariz con gesto de desdén, mirando al vacío. Así pensaban estar inflamando unos ardores que muchas veces no existían más que en su imaginación. El mejor modo de inflamar hornos incandescentes es fingir que no se tiene ningún afán de encenderlos. No le hagas caso y verás cómo cambia tu estrella. A veces los hombres no sabían cómo interpretar este comportamiento tan retorcido. Se limitaban a decirles a sus amigos, en |
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